lunes, 5 de noviembre de 2007

antojos


Estoy comiendo quesillo estirado y un pan que deseo imaginar es de San Lorenzo. Lo traje en una caja junto al resto de las tradicionales muestras de cariño familiar: dulce de leche, de limón, laban, queso de cabra. Además, traje quesitos. Un "quesito" combina de manera intuitiva leche de cabra y leche de vaca, y se cuaja en moldes pequeños, del tamaño de un pocillo de café. El resultado es un queso tierno, de buena consistencia, que hace dar ganas de reducirse de tamaño para no someterse al impulso de metérselo entero a la boca...
O de hacer un sándwich con rodajas de quesito bien finitas, acelgas o achicoria soasadas en mantequilla, y un escrúpulo de perejil picado y aceite de oliva...
Con nueces para adornar, por supuesto, y sal y pimienta a gusto

1 comentario:

La máscara de Hipocrates dijo...

También son mis antojos,caramba, no hagas desear a toda la blogalaxia las delicias tarijeñas.
No temas, esto sólo fue un exabrupto.Lo de esta mañana... simplemente un eructo.
Besitos.

"barroco estáis"
"es que como bien..."
de las aventuras de Pepe Carvhalo