miércoles, 3 de diciembre de 2008

Las mejores galletas del mundo


Una variación sin chocolate y fanfarria de las locagalletas antes mencionadas. Más simples, pero no por eso menos deliciosas. La foto, esta vez, si es de una preparación mía, gracias a esta amable compañera.
Para los que se quejan de la dieta, pero quieren pecar igual.

A la receta:

1 tza. mantequilla a temperatura ambiente
2/3 tza. azúcar blanca
2/3 tza. azúcar morena
3 huevos
1 clla. extracto de vainilla
2 tzas. de harina
1 clla. polvo de hornear
1 clla. sal
1 y 1/2 clla. canela molida
3 tzas. avena molida en licuadora o de avena instantánea sin moler

Cómo preparar esta delicia:

Batir a crema la mantequilla con los azúcares, añadir los huevos uno a la vez, seguir batiendo para incorporar la mantequilla y el extracto de vainilla.

En un bol combinar la harina, sal, polvo de hornear y canela, añadir la crema obtenida de a poco, incorporar la avena. Se debe obtener una masa cremosa, si tiene demasiados grumos aumentar un poco de leche para unir. Refrigerar una hora.

Precalentar el horno a 190 C. Enmantequillar bandejas para horno y colocar bolitas de masa a 3cm de distancia unas de otras -recomendamos amasar las bolitas y presionar la cuchara encima para que tengan la misma altura- y hornear 12-15 min.

Una vez horneadas dejar enfriar unos minutos en la bandeja antes de colocarlas en otro lugar para que se enfríen por completo. Resultan mejor si luego se las guarda en un recipiente cerrado, así se mantienen blanditas hasta su dulce final. La receta da 50 galletas, que duran, si Uds. tienen una avidez como la mía, (o muchos parientes), exactamente 50 minutos.

lunes, 24 de noviembre de 2008

Estamos de vacaciones


My birthday cake
Originally uploaded by LenSOP

Estamos de vacaciones, que es una manera de cerrar un boliche por motivos que no invoquen a la tristeza o al amartelo. Además, estamos de semana aniversario, y quizás de mes aniversario, porque si una quiere celebrar su paso por la vida puede empezar, por ejemplo, el día de su cumpleaños, y luego seguir hasta navidad, y año nuevo, digamos. Y carnaval si viene temprano. Por eso es lindo haber nacido justo cuando las vacaciones empiezan para casi todos: se puede invitar gente a compartir, el cumpleaños, la vida que pasa, la vida que viene.

Hoy, además, vamos a compartir la receta mejor guardada del mundo, la de la torta de mi cumpleaños.

Se puede hacer para muchas casas, y hacerla entera. Si se quiere algo más recatadito, se recomienda reducir las cantidades a la mitad.

Torta de chocolate Poema (poético, mi cumpleaños es muy poético)


Ingredientes:

3 tazas de harina

3 tazas de azúcar

1 taza de cocoa

6 cucharillas de royal

1 ½ taza de agua

1 taza de aceite

11 claras a nieve

11 yemas

Relleno:

Nueces enteras partidas por la mitad

1 kilo de dulce de leche Manjar (es el que se usa aquí, hay mejores)

1 lata de leche evaporada

Preparación:

Batir las yemas con el azúcar, incorporar alternadamente los secos con el aceite, el agua y las yemas. Una vez batido incorporar suavemente las claras, colocar en molde enmantecado y enharinado. Hornear en horno moderado una hora. En caliente partir y añadir leche evaporada, rellenar con dulce de leche y decorar con nueces, puede mezclarse un ganache de chocolate a elección al relleno.

Este año la hice en forma de corazón, a ver si pongo la foto. Pruébela, es un poema, Y haga la grande, así se come a escondidas un bocado enorme sin quedar mal.

miércoles, 29 de octubre de 2008

Lasagna de berenjenas


Lasagna de berenjenas
Originally uploaded by paolita_iris
Una receta simple, de las que una desea no olvidar jamás y que, si se hacen una vez, se recuerdan toda la vida.

Ingredientes:

5 berenjenas cortadas en láminas gruesas, se les ha puesto sal encima y ya están escurridas.

Salsa Blanca, harina retostada en mantequilla, a la que se le añade leche hasta espesar, más (sorpresita) una gota de esencia de vainilla.

8 tomates sin piel ni semillas, en cubitos

Perejil picado

Sal y pimienta

Aceite de oliva

Queso rallado cantidad necesaria

Opcional: 200 g de jamón en lonjas

Cómo preparar:


Precalentar el horno a medio. Aceitar na fuente para horno. Sofreír un par de dientes de ajo en aceite de oliva y añadir el tomate hasta obtener una pasta o sugo, si se desea más líquido añadir agua. Salpimentar. Freír las berenjenas en poco aceite y empear a armar la lasagna: Salsa Blanca, berenjenas, salsa roja, jamón, queso, salsa blanca, berenjenas, etc. Espolvorear con el perejil y hornear hasta que el queso se derrita. Servir con vino tinto.

Esta lasagna no tiene pasta de lasagna!, y si se rebozan las berenjenas en huevo y harina se obtiene una especie de pizza sin masa que queda muy bien igual.

sábado, 25 de octubre de 2008

Carbonada


Carbonada
Originally uploaded by ilcuoccodebari
Hay comidas simples y comidas complicadas. Hay maneras de cocinar complacientes, y otras dificultosas. Además, cada vez, repetir una receta implica acordarse de las veces que se la preparó con anterioridad, o, si es nueva, fijar las características que la hacen especial, única, repetible. 

A mí hay un par de platos que me hacen sentirme inmediatamente niña, voraz y nostálgica. Y entre ellos, el de hoy, es un plato sencillo que resume mi primera experiencia literaria/gastronómica. 

El libro: Cuentos y Chinventos de Silvia Schujer.
 El cuento: un puchero donde las papas, la carne, los choclos y el zapallo se agarran a los puñetes y no logran enternecerse en lo más mínimo, hasta que la cocinera llega a poner orden y les hace dormir con una canción de cuna. Tiernas las verduras, deli el puchero y nostálgico a más no poder el chinvento. La receta: Carbonada tarijeña, versión vegetariana del famoso puchero argentino. 

Ingredientes:

1 papa por persona
1 trozo grande de zapallo
½ zanahoria por persona
1 cebolla por persona
1 choclo tierno por persona
1 puñado de arvejas frescas
1 trozo grande de queso
Sal y pimienta

Cómo hacer que no se peleen:

Pelar las verduras y cortarlas en trozos de tamaño similar. Colocar en una olla, cubrir con agua y hacer hervir, con sal, hasta que el zapallo empiece a desarmarse. Añadir las arvejas. Cortar el queso en cubos y antes de servir añadirlo a la mezcla. Si se desea acompañar con arroz blanco. El resultado es una especie de pasta naranja que va muy bien para los días de frío, especialmente cuando una quiere acordarse del pasado. El nombre va a cuenta de que antes, la cocción era en olla de barro y al carbón. Se ha perdido el sabor característico que da ese humo y arcilla, pero delicioso es igual.

jueves, 23 de octubre de 2008

Codillo estofado a la cerveza

Hay carnes que son pecaminosas, en el sentido de que te llevan a los más deseados excesos. Y lo malo de los excesos es que una vez en el límite, una vez satisfechos, hacen que una desee la templanza y la contemplación aristotélica. El arrepentimiento y la contricción, en mi caso, van de la mano de una buena dosis de mate de menta.

Aún así, tiento al resto con esta receta, que se toma su tiempo para cocinarse, pero que hace clamar a los cielos y mirar el plato furibundamente, porque una no puede comerse todo el cerdo que quisiera.

Ingredientes:


Fondo claro de res (caldo base como para sopa)
200 g de azúcar negra
1 litro de cerveza negra (anímense con la Taquiña)
Cáscara de una naranja
Mostaza
Miel
1 pieza de cerdo con hueso -codillo de preferencia.

Preparación:

En un bol mezclar la cerveza, la miel y la mostaza. Marinar con esto el codillo durante 6 horas. Cocinar a baja temperatura, aproximadamente 4 horas, bañando la carne constantemente con la marinada.

El resultado es suave, ligeramente dulzón y muy sabroso. Ojo con el cerdo, debe comprarse en un lugar que certifique su calidad, sino el exceso será llevado a límites que ni Aristóteles ni el mate de menta podrán soliviantar.

martes, 14 de octubre de 2008

Papas con sorpresa


Brown Butter Potatoes
Originally uploaded by Aroma Cucina
Estas papas estan buenisimas para una parrillada entre amigos, le dan un buen gusto a la carne y no son excesivamente pesadas. Una recetita breve, para que sepan que sigo en la cocina.

Papas con sorpresa

Ingredientes para 4:

1 k de papa harinosa, con cascara
Perejil picado
1 diente de ajo picado fino
1 cda. de mantequilla
1 cda. azucar morena
1 chorrito de miel de caña

Para preparar:

Cortar las papas en cuatro y poner a hervir sin sal. Una vez cocidas y escurridas, derretir la mantequilla con el azucar, añadir el perejil y el ajo hasta que los buenos olores sean intolerables, combinar las papas. Antes de retirar del fuego aumentar la miel de caña, el resultado debe ser crujiente, oloroso y dulce.

Servir en fuente de barro junto con arroz con queso, lechuga apenas
aliñada, tomates con oregano y una buena carne a la parrila. Imprescindible: cerveza y amigos para acompañar.

(En mi caso, un gran saludo a Cami, al Estido y al Pol)

domingo, 5 de octubre de 2008

La hora de la Pizza


Chicago Deep Dish Pizza
Originally uploaded by hermanau
Todos tenemos en la mente un recuerdo memorable: aquél de nuestra primera pizza. Lujo poco conocido hace unos años, y ahora devenida pre-alimento que se puede probar al paso o aderezar a gusto en casa, la pizza juega un papel misterioso en el menú. Es tan camaleónica como para presentarse en cenas románticas, cumpleaños infantiles, juntadas de amigotes y reuniones de negocios. Responde a todos los caprichos: se puede comer con rúcula, queso roquefort, piña y chocolate, anchoas y crema agria, cebolla y kúmel. Sus variaciones son infinitas. Por lo tanto, hoy me limito a dar dos recetas. Aquélla de la masa, (hay pocas cosas mejores que hacer la masa en casa) y una salsa o sugo de sugerencia. El resto va por encima y depende de las limitaciones y apetencias de cada uno.

Para la masa de 5 pizzas:

2 tzas. Y poco más de agua tibia
½ clla. Sal
1.4 clla. azúcar
40 g levadura en polvo
1 cda. Aceite de oliva
1 kilo de harina

Preparación:

Aceitar los moldes que se van a utilizar. En un bol, hacer un volcán con la harina y al medio colocar el agua, el azúcar y la levadura para que se disuelva. Cubrir con harina y dejar en un lugar tibio hasta que levante. Añadir el aceite y la sal, amasar muy bien y dividir en bollos iguales. Recubrir cada bollo con aceite y dejar reposar en un lugar templado hasta que alcancen el doble de su tamaño. Luego aplastar cada bollo con la palma de la mano y la yema de los dedos he ir estirando de forma homogénea hasta lograr un espesor uniforme que recubra todo el molde, si es redondo mejor. Colocar el sugo sobre la superficie y dejar que fermente hasta el doble de su volumen, hornear a 220G de 5 a 7 minutos aproximadamente.
Colocar el queso y demás aderezos y llevar nuevamente a horno hasta que el queso se haya derretido.

Sugo

1 kilo de tomates frescos
Aceite de oliva
2 dientes de ajo
Sal y pimienta a gusto
½ clla. Extracto de tomate
Hojas de albahaca (opcional)

Cómo se hace:

Picar finamente el ajo, freírlo en el aceite de oliva. Añadir los tomates pelados y picados fino, revolver y dejar hervir por varios minutos. Añadir la sal y la pimienta junto con el exctracto. Si se desea, al momento de apagar añadir hojas de albahaca. El resultado es una salsa suave, ligeramente dulce, sumamente fresca.


La foto viene de mi mejor pizza personal, la que queda en mi memoria: South of Chicago deep dish pizza, una pizza noble, con ingredientes muy frescos, de masa algo gruesita para recibir mejor los jugos de las salsas y los quesos. Como esas tortugas mutantes de mi adolescencia, muchas cosas cobraron color, textura y sabor al morder esta, mi primera rebanada con sentido.


Por lo tanto, hoy me limito a dar dos recetas. Aquélla de la masa, (hay pocas cosas mejores que hacer la masa en casa) y una salsa o sugo de sugerencia. El resto va por encima y depende de las limitaciones y apetencias de cada uno.

La foto viene de mi mejor pizza personal, la que queda en mi memoria: South of Chicago deep dish pizza, una pizza noble, con ingredientes muy frescos, de masa algo gruesita para recibir mejor los jugos de las salsas y los quesos. Como esas tortugas mutantes de mi adolescencia, muchas cosas cobraron sentido al morder esta, mi primera rebanada.

domingo, 28 de septiembre de 2008

Locagalletas


The leaning tower of cookies
Originally uploaded by Smaku
Hay días en los que una no sabe si la necesidad de dulce es existencial o cíclica, estando como estamos las mujeres supeditas al influjo de la luna, los astrólogos y el agotamiento mensual.

Sospecho que a mi madre le pasaba lo mismo, quiticientos años atrás, cuando se inclinaba al borde de la cama y le exigía a mi padre (a mi padre! que no sabía más que hacer sopa en sobre y bifecitos...) una galleta, un chocolate, algo que la tranquilizara.

Esta es la primera receta de galletas extraída de internet (recurso masculino si los hay) que se probó en casa. El nombre responde a la definición de Rosa Montero -la imaginación es la loca de la casa- así como al cariño con el que nos trató el siempre cuerdo lado masculino de la familia.

A la receta:

1 tza. mantequilla a temperatura ambiente
1/2 tza. azúcar blanca
1/2 tza. azúcar morena
2 huevos
1/2 tza. mantequilla de maní
1 clla. extracto de vainilla
2 tzas. de harina
1 clla. polvo de hornear
1 clla. sal
1/2 clla. canela molida
1/2 tza. maní tostado y picado
1/2 tza. chocolate amargo picado en trozos (puede ser Águila o Para Tí repostero)
3 tzas. avena molida en licuadora

Cómo preparar esta locura:

Batir a crema la mantequilla con los azúcares, añadir los huevos uno a la vez, seguir batiendo para incorporar la mantequilla y el extracto de vainilla.

En un bol combinar la harina, sal, polvo de hornear y canela, añadir la crema obtenida de a poco, incorporar el maní, chocolate y avena. Se debe obtener una masa cremosa, si tiene demasiados grumos aumentar un poco de leche para unir. Refrigerar una hora.

Precalentar el horno a 190 C. Enmantequillar bandejas para horno y colocar bolitas de masa a 3cm de distancia unas de otras -mi prosaico padre colocaba una cucharada de masa directamente, pero recomendamos amasar las bolitas y presionar la cuchara encima para que tengan la misma altura- y hornear 10-12 min.

Una vez horneadas dejar enfriar unos minutos en la bandeja antes de colocarlas en otro lugar para que se enfríen por completo. Resultan mejor si luego se las guarda en un recipiente cerrado, así se mantienen blanditas hasta su dulce final. La receta da 50 galletas, que duran, si Uds. tienen una familia tan loca como la mía, exactamente 50 minutos.

lunes, 15 de septiembre de 2008

Pollo que no sepa a tal


DSC_0105
Originally uploaded by sneige
Como la foto lo demuestra, el pollo puede verse delicioso y saber completamente diferente a lo que nuestro paladar acostumbra esperar. La foto, (y no es la primera vez en este blog), no tiene que ver y sí tiene que ver con una receta que me recuerda a esta necesidad de variar/ocultar el sabor anodino de esta carne en específico.

Porqué desear enmascararla? Por una cuestión de refinamiento. Es decir, para no aburrirnos cuando sólo hay pollo y maní crudo en la heladera.

Pollo que no sepa a tal

Utensilio específico: una jeringa

Ingredientes:
Vinagre con sal
2 tzas. o más de maní crudo, pelado y sin cáscara (esto se consigue remojando al maní en agua tibia)
2 cdas. comino en grano
2 vainas de ají amarillo remojado y desvenado.
1 pollo entero, despresado

Preparación:

Inyectar al pollo con la mezcla de vinagre y sal en todas las presas con ayuda de la jeringa. El jugo debe penetrar en la carne.
Licuar el resto de los ingredientes con un poco de agua.
En una fuente para horno, acomodar las presas y cubrir con la pasta obtenida. Dejar reposar de un día para el otro. Hornear hasta que los jugos del pollo sean completamente transparentes y el dorado se vea apetitoso.

Esta receta es simple, el marinado ayuda a prepararla y olvidarse. El sabor será fuerte, recordando un poco a otro animal más noble y entretenido, el cerdo. Sobre el cerdo no tengo de qué quejarme, aunque no pueda ser plato diario por razones de peso, ciertamente su versatilidad lo hace más que apetecible...

lunes, 8 de septiembre de 2008

Cocinar me trae recuerdos

Cocinar, sostienen los que saben, es un pretexto para rememorar el pasado. Sentados a la mesa, no hay placer más antiguo y contradictorio que el de hablar de los platos que se han comido, en lugar de alabar y pensar en aquello que nos vamos a comer en el instante del convivio.

El placer zen de comer una nuez fresca, recién sacada de su envoltura, (pensando en que nosotros somos quienes la han visto y saboreado por primera vez y que nadie la verá ni probará una vez la hayamos introducido en nuestra boca), nos es un placer ajeno.

Nuestra filosofía del apetito se deleita con las cosas que comimos, tanto así, que a veces las preparamos de nuevo, sólo para retro-traer las circunstancias en las que las preparamos por primera vez...

Como este gratín de papas con queso de cabra y ajo:

Ingredientes:
1 tza. de leche entera
1 tza. de crema fresca
1 tza. de queso de cabra desmigajado
1 diente de ajo finamente picado
1 1/2 cta. de sal
3/4 cta. de pimienta molida
1/8 cta/ nuez moscada molida
1 kilo de papas, peladas y cortadas en rodajas finas

Preparación:

En un bol combinar todos los ingredientes menos las papas, batir bien. En mantequillar generosamente una fuente de horno y disponer un tercio de las papas, sobrelapándolas y cubriendo bien la superficie. Verterles encima un tercio de la mezcla de leche y crema. Repetir el proceso dos veces más. Llevar al horno caliente, sin cubrir con nada, a fuego medio durante 1 hora y 1/2 o asta que la superficie esté dorada.

Esta receta la preparé por primera vez estrenando cocina en mi apartamento universitario, como inspiración le puse un par de hojas de albahaca a mitad de la cocción, quilquiña también le vendría bien. Le gana a las papas doradas con manteca que hacen en la argentina, y a cualquier pastel de papas que puedan tener bajo la manga. Es un plato simple, casi austero, no apto para gente que piensa en las calorías antes que en los sabores, o los recuerdos. Posee la virtud de que, comida por primera vez, ya nos está haciendo recuerdo a algo, impreciso y borroso, como un dejá vu (dejá gouté?) del paladar.

Nota: La foto no tiene desperdicio, aunque si se le van a poner cebollas, es aconsejable reducir la cantidad de queso de cabra y dorarlas un poquito antes, 1/2 tza. de rodajitas de cebolla blanca bastarán.

domingo, 24 de agosto de 2008

La amistad y la tarta de manzana


Almond apple crumb pie
Originally uploaded by hfb
Hay cosas que no pueden darse por sentadas. Una, es la amistad entre dos mujeres, otra, la tarta de manzanas que les voy a pasar, con algunas de sus variantes. El asunto, en ambos casos, reside en lo de variantes. Una puede suponer que se sabe los momentos compartidos de memoria, que puede confiar en la amiga como en una misma, y que las cosas resultarán siempre igual... es aquí donde la costumbre -como siempre- nos traiciona: nadie es consciente hasta qué punto la costumbre se las puede dar de traicionera.

Me explico, por supuesto, con la metáfora de la tarta de manzana. Hay momentos en una amistad en los que creemos poder pasarnos por alto la receta, y con ella, las proporciones. A mí esta tarta me encanta porque gira alrededor de las proporciones, y no de las medidas exactas. Me recuerda, constantemente, que la cosa puede no ser rígida -mediante los ingredientes adecuados- siempre y cuando sea equilibrada.

¿Una amiga llama a la otra a las 3 de la mañana para contarle que "'él" llamó? Un poco exagerado, quizá, pero aceptable. ¿La misma amiga llama para lo mismo, a la misma hora, cuando acaba de haber un velorio? Desproporcionadísimo. Mal total. ¿Una no tiene suficiente harina y decide reducir el azúcar y la mantequilla en la masa? Aceptable. ¿La misma falta de harina y una corrección de más agua? El resultado será tan duro y seco como la voz de la amiga semi-dormida en el velorio, al otro lado de la línea.

El secreto para una amistad y para esta tarta es dejar las necesidades de una de lado, o al menos estar pendiente de las necesidades ajenas. Esta tarta de manzanas precisa cuidado, nada más. Que luego haya menos o más azúcar, o nueces en lugar de almendras, es secundario. El resultado será familiar y agradable. Nadie se toma el trabajo de preparar algo (compartir con alguien) para no disfrutarlo cada vez...

Tarta de manzanas variable:

Para 5 manzanas verdes o rojas:

Masa:
2 tzas. de harina
Una pizca de sal
2 cdas. de azúcar (cda. de azúcar por tza. de harina)
Medio paquete de mantequilla de 200 g (reducir/aumentar el tamaño del pan de mantequilla en 50 g cada dos manzanas)
Agua tibia lo necesario (la experiencia avisa)

Relleno:
5 manzanas peladas y cortadas en rodajas finas (lo mejor es cubrirlas en agua con sal para que no se oxiden hasta el momento de rellenar)
2/3 del otro medio paquete de mantequilla
3/4 de azúcar blanca mezclada con canela en polvo

Cubierta de granulado:
El resto de la mantequilla (1/3)
1 tza. de nueces o almendras picadas
1/4 tza. de harina
1/2 cda. de azúcar

Preparación:

Unir los secos de la masa con la mantequilla fría picada en trozos, obtener un granulado, añadir el agua necesaria para armar una bola de masa. Guardarla en el refrigerador hasta que las nueces hayan sido picadas y las manzanas idem. Estirar con rodillo y forrar una tartera enmantecada y enharinada. Colocar las manzanas cubriendo toda la base, espolvorear con el azúcar y canela, poner copos de mantequilla aquí y allá. Repetir el procedimiento hasta que se acaben los ingredientes del relleno. En un bol separado unir las nueces/almendras con la mantequilla, harina y azúcar hasta obtener un granulado. Espolvorear sobre la tarta. Hornear a 220 grados C por 30-40 min. o hasta que la cubierta esté tostada.

Llamar a la amiga para convidarla a una tarde de mates bajo el jacarandá y tarta de manzana. Preguntarle como está. Escucharla. La vida se reduce a combinar placeres sencillos como ésos.

domingo, 17 de agosto de 2008

¿Sabe Ud. cómo comer (este plato)?


No se trata solamente de, por ejemplo, saber comer picante. O agridulce. O ahumado. Se trata de, además, saber disfrutarlo. Cerrar los ojos y dejar que la boca toque fanfarria, permitir que los sabores se mezclen y respondan a lo que se debe esperar de ellos, quizá, incluso, derramar alguna lágrima.
Créanme, tengo experiencia en el asunto. También un par de momentos memorables, como con la receta de crema de zapallo que les paso en unos párrafos. Hay comidas que te golpean como un amor a primer lengüetazo, igualito, pero diferente, a cuando abrazas por primera vez al cachorrito que te vas a llevar a casa.
Igual, me parece que la pregunta debe permanecer en el aire. Así, quién sabe, podremos re-descubrir viejas pasiones o encontrar nuevas, en cada plato que se acometa. Qué me dice, ¿sabe Ud. disfrutar de lo que come?

Crema de zapallo a la Worcestershire
Para el caldo base:
1 trozo mediando de zapallo, sin cáscara y sin semilla
1 cebolla partida a la mitad
2 dientes de ajo aplastados
1 tallo de apio con hojas
1 ramito de cilantro
Agua con sal en cantidad suficiente
1 cubito maggi de verduras, opcional
Para la magia:
2 cdas. crema de leche
1 poco de maicena para espesar
2 cdas. de salsa Worcestershire ó salsa inglesa
Gotas de zumo de limón
Queso rallado para espolvorear

Hacer hervir todo el caldo base hasta cocinar bien las verduritas. Licuar con la crema y la maicena y volver a dar un hervor para que espese. Ajustar la sal, añadir la salsa y el limón al gusto, servir con el queso. Dis-fru-tar-la.

jueves, 26 de junio de 2008

tarta carambola


carambola
Originally uploaded by Lella Sodré ©
Me atreví a hacer esta variación una de esas tardes inspiradas. La receta original es de W&S, de un CD con mil recetas de las cuales probe solo unas decenas debido a que el CD perdió sus cualidades a medida que las máquinas iban migrando a modalidades más avanzadas. Lamentablemente, no se han inventado aún los soportes digitales (excepto quizá los de la web y por cuánto tiempo?) capaces de resistir a tanto cambio.

Como los CDs, hay recetas que tampoco resisten cambios. Ésta, por suerte, no es una de ellas. Carece de los "celos" que impidieron, por ejemplo, que la receta de dulce de leche de natas de la abuela haya pasado a las generaciones siguientes con un sabor remotamente parecido. Sin desmerecer el dulce de mi madre, habría que inventar cosas para mantener la DATA intacta.

O resignarse a improvisar, batalla de trucos en la cual a veces se gana (y mucho) y a veces se pierde.

Para la masa:

1 1/4 taza de harina
1/4 cucharilla de sal
3 cdas. de azúcar
1/2 y 2 cdas. + de mantequilla sin sal, fría
1 yema de huevo
1 1/2 cdas. o lo necesario, de agua

Combinar harina, sal y azúcar en un bol. Cortar la mantequilla en trocitos y mezclar los ingredientes hasta que la mezcla tenga la consistencia de hojuelas de avena. Combinar en un bol pequeño la yema y 1 1/2 cdas. de agua. Añadir esta mezcla a la harina con un tenedor, y distribuir de manera uniforme. La masa debe sentirse humedecida, si está muy seca añadir unas gotas más de agua. Armar una bola de masa. La manera más fácil de distribuirla es en piezas del tamaño de una nuez, que irán forrando una tartera mediana, hay que cuidar que no queden agujeros y que la masa se esparza parejo. (Si se desa estirar con fuslero, hay que envolverla en plástico y dejarla enfriar en la heladera por una hora). Pinchar con tenedor, cubrir con papel aluminio bien pegado a la masa y hornear a 220 C 8 minutos, quitar el aluminio y continuar el horneado hasta que la masa esté dorada.

Para el relleno:
6 carambolos
el zumo de 1 limón y su cáscara
2 tazas de azúcar
1/2 taza de agua
2 huevos
1/2 taza de crema
pizca de sal
1/2 taza de dulce de albarillo o mermelada de albaricoque (es lo mismo)

Rallar la cáscara del limón y exprimir su zumo. Se necesita más o menos 1/3 de taza de zumo de limón. Lavar y cortar los carambolos a lo ancho, en rodajas de 1 cm de grueso. Sacar las semillas.

Combinar 1 1/2 tazas de azúcar con el agua en una olla (no de cobre por el ácido) para hacer un almíbar a fuego medio hasta alcanzar punto bolita (cuando se levanta una gota de almíbar y se la deja en un vaso con agua fría, debería convertirse en una bolita blanda de caramelo transparente). Añadir las rodajas de carambola y volver a ebullición. Sacar del fuego y dejar reposar al menos 1 hora. (se puede hacer la masa mientras tanto)

Precalentar el horno a medio. En un bol, batir el jugo de limón, la cáscara, el azúcar restante y los huevos. Añadir la crema y la sal. Colocar en la masa para tarta, ya horneada y fría, y regresar al horno. Sólo tiene que cuajar, unos 20 min. a lo sumo. Dejar enfriar a temperatura ambiente.

Levantar con cuidado las rodajas de carambola y colocarlas sobre el relleno, dos tenedores ayudan. En una ollita combinar 1/4 del almíbar con el dulce de albarillo y hervir hasta que espese. Si se desea, colarlo.

Con una brocha, glasear las rodajas con esta mezcla. Servir rapidísimo. Es un manjar que vale la pena el tiempo de preparación, y mucho.


sábado, 21 de junio de 2008

del huerto


Uvas_jpg
Originally uploaded by FLORESALUD


Hay libros que no hablan de comida, pero es como si lo hicieran. Tal es el caso de "Registro Civil Silvestre" (ver pág 18 del link) un pequeño homenaje a la flora del oriente boliviano publicado por la Eitorial El País el pasado 2007.

Un texto en especial evoca los placeres de la buena mesa, sin mencionar más que, por así decir, sus anticipaciones: "Canchón cruceño para mi hijo" habla de aquellos árboles, matojos y matorrales útiles para crecer, retozar y probar sabores, algo así como el huerto que se extraña y se sospecha aún en los valles cochabambinos y tarijeños.

"Colocaré al lado de tu ventana,
un guayabo,
para que filtre la luz que da a tu cuna
y para que reciba pajaritos que te canten,
que te canté, bebé, para arrullarte"


El autor, Adolfo Moreno, es agrónomo y poeta, y sabe de lo que habla. Un primer regalo para los placeres de un buen convivio es el canto de los pájaros, que se atraen al jardín si hay sombra y frutos para cobijarlos. No es igual un mate a las cinco de la tarde tomado -y conversado- a la sombra de un parral, con pajaritos alrededor, que encerrado en un mesón de cocina con paredes blancas como sola compañia. Las masas saben a vivo, y el calor del mate es mayor.

"En la parte más conspicua de la casa
dejaré un achachairú de densa fronda,
para que te sientes por las tardes a su sombra,
y para que descubras su sabor al pie del árbol"


Ah, las frutas. Su utilidad va acompañada de su embelesamiento, del placer que provocan. Un limonero acompaña ensaladas y refrescos, cebiches y singanis. Un naranjo nos regala cítricos para pasar el invierno - y mermeladas- un granado nos da frutas capaces de tentar a Perséfone, un ciruelo, un duraznero, nos regalan flores y frutos suficientes para crear, con ellos, licores y pasteles.

En Santa Cruz, donde reinan otros climas y sabores, dan también los mangos, los tutumos, los tamarindos. El palto da en todas partes.

"Hacia el fondo del patio, como sabes,
cuando ya adulto deberá reinar solitario
un alto palto para que alegre tu cocina
y te de trabajo cuando tengas que cambiar;
muy contrariado,
las muchas tejas rotas a paltazos"


Me falta alguna, quizá?

"En el fondo del canchón al fin pondremos
un árbol de lima y otro de toronja,
para que peles y te comas hasta el hollejo,
porque el hollejo es infaltable cuando viejo"


queda dicho

domingo, 1 de junio de 2008

La causa de mis desvelos


Si algo hay que envidiarles a los peruanos (hermanos de sangre a los que tendemos, un poquitín, a voltear el hombro) son los sabores de su cocina. Condenados al mediterráneo, separados entre regiones reacias a combinarse y fundirse como una sola, podríamos aprender algo –aprender es ser humilde, diría Rosalba- de la comida peruana: allá, me dicen, los frutos de mar se combinan con los frutos tropicales, el ají está enamorado del cilantro; allá, me cuentan, todo se confunde y se procesa, cada vez, para probar y seducir el paladar del más pintado.

Prueben sino la afamada causa peruana. Un plato que, como la venganza, debe disfrutarse frío, recién sacado de la heladera. Una preparación que combina de manera sabia y elocuente el limón, el palillo, el ají amarillo, y el puré de papas. Siempre en dos capas, el relleno es aquí lo que varía y encanta. La receta que les paso viene de epicurious.com, y ofrece relleno de pollo. Las variaciones pueden ser atún, camarones, sardinas y, sí -como la venganza- lo que a una le parezca más apropiado.

Ingredientes:
1 kilo de papa amarilla y harinosa, pelada
Sal
3 cdtas. de ají amarillo mirasol, en polvo o remojado, despepitado y en trocitos
1 cdtas.de palillo
1 cdtas. de sal
2 cdas. de aceite de oliva o de maíz
El zumo de 1 limón
Para el relleno:
1 taza de pollo cocido y frío, deshebrado en hilachas
¼ taza de apio picado finito
Perejil picado fino
½ cucharilla de sal
½ taza de mayonesa

Preparación:
Hervir las papas hasta que estén blandas. Aplastarlas con el aplasta-puré hasta conseguir una pasta suave. Licuar el ají con 2 cucharadas de agua, el aceite, la sal, el palillo y el limón hasta conseguir una pasta suave. Combinar el puré y la pasta hasta que el puré tome un color amarillo.
Tener a mano un pyrex de vidrio rectangular, enaceitado. Colocar la mitad de la pasta de puré en el recipiente, aplanar bien. Colocar todos los ingredientes del relleno, previamente mezclados. Cubrir con el resto del puré. Tapar con film y enfriar en la heladera. Servir frío en tajadas, decorar con perejil, aceitunas negras y rodajas de palta.
Algunos sugieren que causa deriva de la palabra kausa, que denota vida, siendo "KAUSAY PURIY", "Caminar por la vida". Otros insisten que kausa significa “alimento necesario”, no podría estar más de acuerdo.

lunes, 26 de mayo de 2008

Las tahua-tahuas


Le debo a un interesante artículo de Walter Zavala Ayllón el súbito recuerdo del placer de las tahua-tahuas. Criada en Tarija por una madre criada en Potosí, el frío y el confort se equilibraban en mi mesa, cada invierno, con chocolate caliente y tahua-tahuas cubiertas de miel de caña.

Son de herencia española, pero el arte de fritarlas y enmelarlas es netamente potosino. Cito de Walter este hermoso párrafo, que recuenta entre sopaipillas, rosquetes y hojarascas, algo de la historia de tan noble producto: “Se sabe que esta fritura de masa es igualmente propia de la repostería potosina que, presumiblemente tenga su origen en la misma época en que apareció el primigenio ‘roscón’ o ‘chambergo’, tomando en cuenta que algunos cronistas de la colonia, dicen ‘que ciertos grupos sociales o populares de la vecindad potosina, se daban al trabajo de elaborar sus propias masas en imitación a los buñuelos españoles fritos en sartén’.
En todo caso, las ‘tahua-tahuas’ eran mal hechas y generalmente destinadas a la gente nativa, de ahí su misma denominación originada en idioma quechua que, traducida al castellano indica: ‘cuatro-cuatro’


¿Y por qué este nombre? Simple y llanamente por el hecho de que tiempo atrás, vendíanse cuatro de estos pastelillos por un solo real. Y los que mayormente consumían estas frituras, eran los nativos o indígenas que en su idioma decían ‘tahua-tahua’. Nombre que finalmente se quedó en la designación de esta especie de buñuelo, cuyo preparado y sabor es muy gustado por la generalidad de la población potosina; al extremo de que no hay una sola ama de casa que no sepa la forma de elaborar estas riquísimas tahua-tahuas propias de Potosí.
Finalmente se sabe que en ciertas épocas de la vida republicana de Potosí, a falta de pan, consumíanse muchas tahua-tahuas. O sea que este preparado de masa, suplía al pan nuestro de cada día, cuando las familias de la ciudad enfrascábanse a preparar la masa con los ingredientes del caso, mezclando, amasando, adelgazando la masa, cortando en figuritas rectangulares, fritando y enmelando”.

Tradicionalmente preparados para Corpus Christi, las sopaipillas, rosquetes o chambergos, tahua-tahuas y alfajores son ahora de gusto popular y se pueden conseguir a lo largo del año. En Tarija, los rosquetes –fina masa que debe hervirse y luego endurecerse en el horno- son especialmente preparados en la localidad de San Lorenzo; junto a las empanadas blanqueadas (rellenas de dulce de lacayote y cubiertas de merengue con azúcar glas) y los polvorones perfumados con anís, son confituras golosas, para gusto de poblanos y no tanto.

Para hacer las tahua-tahuas, (e invitar a la familia extendida, o en su defecto, a los vecinos):
6 tazas de harina
6 cucharadas de azúcar
Agua con sal en cantidad suficiente
Aceite para freír
Miel de caña, o almíbar con limón, para enmelar
Hacer un volcán con la harina y el azúcar–esto es, dejar un cráter al medio, donde se pondrá el agua salada, para ir amasando poco a poco, hasta obtener un bollo seco.
Estirar con fuslero hasta los 5mm de espesor, cortar tiras largas, a las que luego se le hacen cortes transversales, para obtener rectángulos de masa. Freír en aceite caliente hasta que se inflen y estén doradas, escurrir y cubrir con el almíbar. En una tarde fría son buenísimas con chocolate caliente, y serán de especial éxito con los niños. Miren sino este dicho, que se repite ya desde el siglo XVII: "Sopaipillas para las imillas..., chambergos para los negros..., tahua-tahuas para las guaguas".

viernes, 23 de mayo de 2008

Comer amarillo



¿Por qué nos gusta comer comida amarilla? Hablar de comida amarilla es, principalmente, hablar de la cúrcuma (curcuma longa) o palillo, colorante natural que se extrae tras el hervido y secado de la raíz del mismo nombre.

En países del Asia Menor como la India, ésta podría ser una pregunta retórica, ya que su principal condimento, el curry, precisa de la cúrcuma como agente unificador y colorante. Así también, sin cúrcuma no habría mostaza tal y como la conocemos, ni, más importante aún, existiría la arvejada al sur de Bolivia.

El palillo, como se le conoce en América Latina, es ingrediente esencial para ciertos platos, que perderían su gracia sin él. No se puede decir lo mismo de todos los condimentos: una sopa de maní o una ranga sin palillo, son apenas comparables a una pizza sin orégano, o a una sopa sin pimienta. La materia blanca, sin perfume, difusa, que es la variante triste de la sopa de maní sin colorante, o la súbitamente viscosa ranga sin el mismo agente, ¿qué tienen que decir por sí mismas? Nada, esto es, no halagan ni a la vista ni al paladar, y son lo que una sopita de hospital a un noble plato valluno y sureño.

De la sopa de maní ya he podido decir algo en otro lado. De quien nunca he hablado, aunque sea plato original y querido de la tierra chapaca, es de la arvejada tarijeña, que, como su nombre lo dice, tiene como principal ingrediente las arvejas frescas.

¿Porqué comer amarillo? ¿Y porqué no? Aparte de las propiedades medicinales que le atribuye la medicina ayurvédica, el color, perfume y sabor resultantes valen la pena. Me explayo: constituyen una experiencia vital. Quien no ha intentado reemplazar el azafrán con palillo en una paella no puede imaginarse de lo que estoy hablando.


Aquí la receta:
1 tza. de arvejas –guisantes- frescas
1 cebolla rallada
1 tomate picado sin piel y sin semillas (opcional)
3 huevos
Palillo, en polvo, al gusto
½ tza. de queso chaqueño rallado
Papas fritas como para sopa de maní (delgadas y crocantes)
Sal y pimienta
Arroz blanco para compañar

Hervir aparte las arvejas con una pizca de sal, una vez cocidas enfriarlas rápidamente en agua fría para que conserven su color vibrante (no deben pasarse del punto de cocción).
Dorar la cebolla hasta que transparente, añadir el tomate, el queso y los huevos, revolviendo enérgicamente, cuando el revuelto espese, añadir el palillo. Al último combinar las arvejas y las papas fritas. Servir con arroz blanco, generosamente. Igual pedirán repetir.

lunes, 19 de mayo de 2008

Empanadas árabes


Hay recetas que no se pueden pasar, hasta que se perfeccionan. Son el feliz resultado de ese sistema inglés: "ensayo y error", que no sabemos practicar demasiado por este lado del mundo, al menos no en nuestra cocina. Aquí todo es tradición, aunque, como en el caso de las empanadas árabes, la tradición sea algo elusivo, que no se puede alcanzar o repetir tan fácilmente.
Mi carnal, Rocha Monroy, sostiene que en el caso de las empanadas, todo es metafísica. No hay receta que valga, ya sea salteña, pukakapa o tucumana, que no se vea confrontada por el fracaso de intentarse en casa. El crear comida encerrada en una masa apetitosa, sin siquiera hablar de lo que los argentinos llaman "el noble repulgue", es algo tan artificioso y sutil como convertir el plomo en oro. Especialmente con las salteñas, estamos ante un proceso de alquimia pura.

Y que son las empanadas árabes? Mi abuela se trajo el saber de Siria, y en mi casa se las recuerda con un placer ahíto parecido al abotargamiento. Triangulares, de masa de trigo, rellenas de carne, limón y jugo de granada, son las variantes ácidas de la empanada argentina, sin picante.

El procedimiento de armado es sencillo, se estiran bollitos de masa, se coloca el relleno al medio y se dobla la empanada en tres, formando un triángulo. Se las baña con leche y huevo, o el procedimiento que mejor les salga. Casi siempre es tan personal como el horno con el que se mide uno.

Para la Masa

1/2 kilo de harina leudante Blancaflor
2 tazas de leche
125 g de mantequilla derretida

Para el relleno
1/2 kilo de carne molida
2 cebollas blancas ralladas
1/2 manojo de perejil picado fino
el jugo de 3 limones o si es que hubiese, el jugo de 3 granadas
sal y pimienta a gusto

Mezclar la harina con la leche y mantequilla hasta formar un bollo suave. Dejar reposar mientras se fríe la cebolla, añadiendo la carne hasta que esté dorada. alpimentar y antes de apagar la sartén, añadir el jugo de limón y el perejil. Dejar enfriar mientras se calienta el horno a medio y se arman los redondeles de masa. Rellenar y hornear por 13-15 min. Deben verse doraditas, no se preocupen de los jugos que desprende, en este caso son inevitables y no dañarán la masa.
Salen 3 docenas de empanadas.

Hablando de la masa, ésta admite todos los rellenos: quesillo, aceitunas, acelgas fritas y escurridas junto con nueces tostadas y pimienta. En probar está el gusto...

lunes, 5 de mayo de 2008

Quinua con gusto


Estoy experimentando una serie de eventos paradójicos, aunque en términos de cocina, quizá la paradoja de sabores sea un buen comienzo.
Ya voy en mi tercera semana en Platos & Buen Gusto edición de recetas impresa de Los Tiempos y si bien no he podido meter los dedos tanto como sería deseable, algunos tips se vienen digiriendo solitos en el disco duro.

Espero que el blog se vea beneficiad a su vez, y que la evidencia -más datos, un poco más de orden, mejores fotos- se evidencie por sí mismo

Desayunando con quinua


La quinua (Chenopodium quinoa) es un producto boliviano comparado con la leche en cuanto a calidad proteica, ya que posee 10 aminoacidos esenciales para la alimentación humana, además de casi el doble de proteínas que cualquier otro cereal. En Bolivia también se le conoce como "grano de oro". (más información aqui)

Desde que hace un par de años atrás unos buñuelitos de quinua se colaran al menú de un agasajo del rey de España, el producto no ha parado de crecer en ventas y de ser probado con todo tipo de variantes. La receta que les paso hoy viene de un Dr. John La Puma y la traduzo/adapto libremente de 101cookbooks
1 taza de leche
1 taza de agua
1 taza de quinua remojada y escurrida, sin arenillas
2 tazas de frambuesas frescas de preferencia
1/2 cucharilla de canela molida
1/3 de nueces picadas y tostadas en una sartén sin aceite
4 cucharadas de miel de caña

Combinar la leche, agua y quinua en una ollita mediana. Hervir a fuego fuerte y luego dejar cocer tapado al mínimo unos 15 minutos, o hasta que la quinua haya absorbido el líquido. Una vez apagado, dejar tapado 5 minutos más. Añadir las frambuesas y la canela, transferir a cuatro platos hondos y adornar con las nueces. Colocar una cucharada de miel en cada bol, servir caliente.

Un buen desayuno es importante -nos lo repiten demasiado- y esta alternativa seguro nos convencerá de desayunar más seguido!


El grano de quinua es menudo y tiende a hincharse mucho, hay que lavarlo muy bien para que no quede un regusto arenoso al cocinarlo.

miércoles, 2 de abril de 2008

Ají de ojo


Hunter Stew
Originally uploaded by Dalboz17
Resulta que un par de las recetas (helado y arroz con leche) de este blog salieron impresas en el primer semanario gastronómico de la revista Metro de La Paz,(que desde marzo tiene además distribución gratuita). Sospecho que tengo que agradecer a Ricardo Bajo o a Ramón Rocha Monroy ya que, a pesar de no pedir permiso, sí citaron correctamente a la fuente. Gracias?

El nombre del semanario es ají de ojo, y viene perfecto con una receta que me traje de las vacaciones, versión tarijeña, el famoso fideus uchu o ají de fideo:

Poner a freír 200 gramos de carne molida o picada en abundante aceite hasta que dore, añadir una cebolla picada fino y un diente de ajo y dejar dorar. Aparte, despepitar unas 4 vainas de ají rojo (mejor si son dos peruanas y dos chaqueñas) y dejarla remojando en agua caliente. Licuar y añadir a la carne dejando freír el conjunto -añadiendo una pizca de comino o más si se tercia- unos 20 minutos. Aparte tostar fideo -cualquier tipo de pasta corta- y cortar papas en cubitos, cuando la carne esté cocida añadir agua, pasta, papa y algunas arvejas o habas frescas y peladas. Una pizca de azúcar también viene perfecto.

Para una versión sin ají, a la sal y pimienta se le añade clorante y un tomatito, sólo uno.

Es plato apetitoso, lleno de nostalgias y pobrezas, pero capaz de saciar el hambre al más pintado.


Nota respecto a las fotos: como siempre, las fotos no son mías, simplemente intentan reflejar un poco cómo debería verse el plato. Esta foto tiene casi todo, menos la zanahoria que no se debe añadir al fideus uchu, de otro modo quedará muy dulce.

lunes, 3 de marzo de 2008

Recuerdos intuidos


CRW_2946_flan
Originally uploaded by DeathByBokeh

Me he estado negando a ciertos placeres, por repetitivos. No me ha solido despertar la misma, ávida, respuesta, la idea de pan casero con mantequilla y buena miel, ni me ha levantado más que un poco el ánimo la compota o el budín marmolado que suelo apetecer de postre. Andaba con saudade de cosas que solía encontrar en la heladera de mi madre cuando no se dedicaba a cuidar a los otros y aún dirigía sus energías al placer y gusto de la buena mesa. Ojo que no estoy reclamando, su labor la puede haber alejado de los postres sabrosos y sencillos, pero su legado va ahora más allá.

Igual, (insisto), quería un postre de antaño, y me animé a prepararlo haciendo un poco de trampa. Me refiero a la torta o budín aflanada, con caramelo encima, que me encantaba hallar -y comer de a cucharadas- directamente del refrigerador.

Paso 1:
Precalentar el horno a moderado. Engrasar y enmantequillar un molde pyrex, batir 4 yemas de huevo con 4 cucharadas de azúcar y una gota de vainilla, añadirle de a poco 1 taza de harina cernida con 2 cucharillas de polvo de hornear y las 4 claras batidas a nieve, cuidando de intercalar bien para que la mezcla no se baje, y hornear hasta dorar.

Paso 2

Mientras dora, preparar en una cazuela dos paquetitos de Flan con un litro de leche, hasta que llegue a hervir. Sacar el queque del horno, hacer unas inciciones para que el flan penetre mejor y vertir el líquido caliente sobre la masa también caliente. La masa comenzará a flotar pero no es para preocuparse, para cuando cuaje habrá absorbido todo el flan circundante.

Paso 3

Dejar enfriar, añadir pasas encima si se desea y antes de meter a la nevera, vertir encima una capa de caramelo derretido hecha con una taza de azúcar.

Al día siguiente el caramelo habrá penetrado toda la corteza del budín y la torta estára lista para comer, se recomienda, a cucharadas directamente desde la heladera.

domingo, 3 de febrero de 2008

habitus



Hace unos dias que no voy a trabajar (aprovechando los feriados y una serie de excusas muy válidas) y que me dedico a probar tortas en cumpleaños y bodas de amigas, cuchicheando porque, aunque ustedes no lo crean, las tortas sublimes no impresionan igual al segundo dia.

Quizás se deba a la combinación de ricos canapés y gustosos buffets antes de hincarle el diente a la torre dulce del momento, o la simple saturación gustativa producto de la mezcla de sabores y unas cuantas copas de champagne la que logra el efecto maravilla. Lo cierto es que aquella delicia de chocolate al chocolate, o la suave combinacion de nueces y crema de limon no se comparan en la memoria del paladar -al probarlas por segunda vez, al día siguiente- a la primera vez que le hincaste el diente, rodeada de vestidos y bocas que tambien sonrien ávidas, compartiendo la torta vedette de la velada. La misma vedette, ya sin maquillaje y enfriada o seca unos grados de más en la heladera de tu casa, parece simplemente un postre, o, peor aun, una cosa pesada y excesivamente dulce.

Porqué es éste el caso de las tortas especiales, y no de una torta aflanada, por ejemplo? O de un pastel volcado de duraznos, de esos que mi madre solía hacer para los picnics ya que duraba fuera de la heladera un par de días, si el hambre de los comensales lo permitía?

De esta tarta de duraznos voy a hablar hoy, porque hace frio y extraño a mi madre. Me doy cuenta de que la extraño porque ya hice escabeche de berenjena, casi sin fijarme en lo que estaba haciendo, por puro hábito.

Pastel de Durazno y albarillo


13 duraznos
250gr de azúcar
1 limón (jugo y ralladura)
200 gr de mantequilla
4huevos
300 gr de harina
2 cditas de polvos de hornear
100gr de almendras
1 cdita de anis molido
mantequilla para engrasar el molde
150 gr de dulce de albarillo (albaricoque o damasco)

Sumerge los duraznos en agua hirviendo durante dos minutos, para luego pelarlos, partirlos en mitades y sacarles el hueso.
Pon a hervir un vaso de agua junto con 60gr de azúcar y el jugo de limón. Coloca las mitades de durazno en este líquido y déjalas cocer durante 8 minutos a fuego lento. Escurre y deja enfriar los duraznos, reservando su jugo
Bate la mantequilla junto con el resto del azúcar, los huevos, la ralladura del limón, la harina, el polvo de hornear, el anís y las almendras hasta que se incorporen perfectamente. Vierte la mezcla en un molde engrasado y enharinado, colca las mitades de durazno y cúbrelos con el dulce. Hornéalo hasta 200grados centigrados durante 40 min.
Aparte en una cacerola pequeña mezcla el almibar que habías reservado con una cucharada grande de maicena y déjala a la lumbre hasta q comience a hervir. Viértelo caliente sobre el pastel y déjalo enfriar. Procura dejar un poco para los demás, alguna vez, extrañando a mi madre, llegué a comerme un pastel de seis duraznos enterito, sola con mi alma, acompañada de un buen libro de detectives
"barroco estáis"
"es que como bien..."
de las aventuras de Pepe Carvhalo